viernes, 4 de mayo de 2012

EL DEBATE POR LA TIERRA: LA BATALLA EN EL CAMPO DE LAS IDEAS Y LA POLÍTICA

La tierra, su propiedad, distribución y manejo; fueron y son temas de debate; fueron y son temas de conflicto. Desde los inicios de nuestra historia la tierra estuvo en disputa; resuelto en algunos casos pací-ficamente y en otros con grandes derramamientos de sangre. En 1878 Roca da inicio a la Conquista del Desierto, desierto que no era tal porque estaba poblado por sus originales habitantes y dueños comunitarios; esa campaña militar fue llevada a cabo por el gobierno argentino contra las naciones mapuche y ranquel, para obtener el dominio territorial de la Pampa y la Patagonia oriental. Conquistar tierras era el objetivo y se pagó con ellas a quienes financiaron estas campañas. No debemos olvidar que en 1870, hombres, mujeres y niños del norte argentino empezaron a morir a manos de otros argentinos por el pecado de ser lo que eran: indígenas, y por el pecado de tener lo que tenían: tierras. Fue una guerra de escandalosa crueldad, lanzada por Sarmiento en 1870, y que Yrigoyen declaró mili-tarmente terminada en 1917. La resistencia armada indígena duró casi medio siglo, fue una de las gue-rras más largas que recuerde la historia americana: la guerra contra el indio chaqueño . Todo esto originó una injusta distribución de la tierra, que persiste en nuestro país. En el Chaco, el 84% de los productores poseen menos de 500 hectáreas, controlando sólo el 29% de la tierra, en tanto que el 16% de productores controla el 71% de la tierra. 508 familias con menos de 5 hectáreas ocupan el 0,03% de la tierra, en tanto 152 propietarios- empre-sas tienen más de 5 mil hectáreas, controlando el 21% de la tierra productiva. Fue la Constitución de 1949, olvidada en la historia, la que marcaba que la tierra, como propiedad pri-vada, tiene una función social y en consecuencia está sometida a las obligaciones de la ley con fines de bien común. Incumbe al Estado fiscalizar la distribución y la utilización del campo o intervenir con el ob-jeto de desarrollar e incrementar su rendimiento en interés de la comunidad, y procurar a cada agricul-tor la posibilidad de convertirse en propietario de la tierra que cultiva (Art. 38 - Constitución Nacional de 1949), institucionalizando derechos de los productores familiares como trabajadores de la tierra y anti-cipándose a la Enseñanza Social de la Iglesia que algunos años después manifestará que si la tierra está hecha para procurar a cada uno los medios de subsistencia y los instrumentos de su progreso, todo hombre tiene el derecho de encontrar en ella lo que necesita. Todos los demás derechos, comprendidos en ellos los de propiedad y comercio libre, a ello están subordinados: no deben estorbar, antes al con-trario, facilitar su realización, y es un deber social grave y urgente hacerlo volver a su finalidad primaria. Desde los años ´60, cuando en América Latina, la mayoría de los países encararon diferentes tipos de reformas agrarias –en gran medida impulsadas por la Alianza para el Progreso-, a nuestros tiempos, la concepción sobre la tierra se fue modificando: de la función social de la tierra que la priorizó para quien la trabaja y con ello los modos de vivir y trabajar expresada en la cultura de los campesinos, de-vino un gran silencio en lo que fue el proceso neoliberal. “La tierra se volvió un producto mercantil” , el neoliberalismo quitó toda implicancia cultural, social y productiva sobre la tierra, midiendo su importancia sólo por los rendimientos productivos y económicos. Hoy la Ley de “Protección al Dominio Nacional sobre la tenencia, dominio y propiedad de las tierras ru-rales” contribuye a poner en debate también esta cuestión, que avasalla el derecho de productores/as y configura la ocupación del territorio a la medida de las ganancias de quienes la explotan. El debate por la Tierra vuelve a tomar fuerza y se va complejizando con una variedad de voces donde se expresan, concepciones, sentires, políticas, ideas y opiniones. Todavía hay muchas voces que no se es-cuchan y que, por alguna razón, no participan del debate: a) los que necesitan tierra: un grupo minúsculo es el que se expresa y levanta la voz pero son mi-les los que tienen algo que decir, b) los que tienen demasiada tierra: ¿qué piensan, qué sienten, qué los mueve, cómo conciben la tierra? c) los habitantes urbanos que – en general- no perciben el rol de la producción rural en la cons-trucción del País. El debate se está dando sobre el campo de batalla mismo, con el riesgo que esto conlleva de hacer pri-mar la fuerza por sobre la razón. Varios casos de juicios por desalojos se registran en la provincia; se amenaza a servidores públicos con “guardia armada” de empresa Bajo Hondo S.A. que compró ilegal-mente tierras a una Asociación Aborigen; se toman tierras; se presiona productores para que entreguen sus tierras a funcionario del poder y sus familiares. Sobre el campo de batalla de las ideas podemos mencionar la aprobación de la citada Ley de “Protec-ción al Dominio Nacional sobre la tenencia, dominio y propiedad de las tierras rurales”; el Proyecto de Ley de Freno a los Desalojos en el Congreso Nacional; el Proyecto de Ley de modificación de la Ley 2913, de Tierras de la Provincia del Chaco. La defensa de la tierra, por parte de los sectores populares es una reivindicación histórica que se va expresando de diferentes formas: Defensa manifestada en la resistencia a desalojos de sus tierras, donde nacieron y vivieron toda su vi-da, y que se encontraron un buen día con que alguien dice ser el dueño porque tiene un título de pro-piedad; Defensa expresada en la necesidad de distribuir lo que queda de tierras fiscales o las recuperadas por su ilegal adquisición; Defensa del fin y uso expresada en la ocupación de tierras improductivas de quienes la adquieren para inversión y/o especulación como bien de capital o producción de comoditis (materia prima para expor-tación) que se convierte en expulsor de pequeños productores; Defensa a través de la movilización y participación en elaboración de legislaciones o políticas públicas. Defensa expresada en la necesidad de hacerse de más tierras mediante nuevos mecanismos (bancos de tierras, por ejemplo) que faciliten el acceso a quienes quieran trabajar en ella. Mecanismos no violentos y de gran ejercicio democrático. Pero suele pasar que mientras se pone en brete a los sectores populares, con las peleas de pobre contra pobres, paralelamente se favorece a los que no suelen decir nada, no por lo poco sino por lo mucho que tienen. El debate sobre casos de tomas de tierras está poniendo el eje – casi exclusivamente- sobre la propie-dad privada, un concepto con una importante carga ideológica donde prima la idea de que es dueño quien cuenta con papeles y es dueño de lo que puede o quiere comprar, despojando de la responsabili-dad o función social de los bienes, que - por más privados que sean-, deben contemplar que la sociedad para desarrollarse sustentablemente, necesita producción e integración de su población en procesos económicos, socio-culturales, ecológicos y políticos. Es necesario retomar el debate y buscar nuevas formas jurídicas tanto para el acceso, resguardo y pre-visión de tierras para quienes quieran trabajar y vivir en el sector agrario, tal como se plantea en la Pro-puesta de modificación de la ley 2913 tratada en 38 asambleas con productores/as y otros espacios de debates. Este proyecto intenta abordar la cuestión de la tierra (privada o pública),en forma más general no ha tenido lugar para su tratamiento, y sería una herramienta que podría en algunos años ir mejoran-do la distribución de las tierras. Es necesario un Estado jerarquizado, presente y activo en este tema tan delicado y complejo. Las organizaciones del campo popular que firmamos este documento estamos dispuestas a dar el deba-te que ayude a sumar la diversidad de voces que necesariamente deben expresarse, con el mayor de los respetos y apuntando al bien común. CANPO – Corriente Agraria Nacional y Popular (Chaco) Central de Trabajadores Argentinos (CTA Chaco) Corriente Nacional Martin Güemes (Chaco) Federación de Organizaciones de Pequeños Productores del Chaco Foro de Agricultura Familiar (Chaco) Frente Nacional Campesino Partido Frente para el Cambio Partido Municipal Nuevo Rumbo Placeño Unión de Campesinos Criollos de El Impenetrable Branco Capitanich – Gerente Gral. Instituto de colonización Chaco Diputada Nacional María Inés Pilatti Vergara