martes, 23 de noviembre de 2010

LIBERAN A INDIGENAS TOBAS DESALOJADOS DE SUS PROPIAS TIERRAS

“Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia” (Bertold Bretch)


Una historia de lucha para contar y aprender

“Estamos muy contentos, pasamos de la alcaldía a la alegría...”
“Estamos felices, porque hemos logrado la libertad de los hermanos, y ellos vuelven ahora a su casa con la tranquilidad de que nadie podrá llamarlos usurpadores...”
“Tengo un inmenso orgullo por lo que conseguimos: esta libertad de los hermanos Berdún y la expropiación de las tierras se logró con una enorme unidad de distintas organizaciones. Porque sabemos que cuando lo tocan a uno de nosotros nos tocan a todos...”

Así se expresaban cada uno de los y las dirigentes al final de la movilización que hizo posible la libertad de los hermanos Berdún y una ley de expropiación por 300 hectáreas, que beneficia no sólo a los Berdún sino también a las familias Sosa y Barreto del mismo lote.

El desalojo

La historia de lucha de los hermanos Berdún por sus tierras lleva años, porque como tantas familias indígenas del Chaco, sus padres nunca tuvieron papeles.

Este último tramo de esa historia comenzó con la angustia de una orden de desalojo en el mes de Octubre, dictada por la fiscal Acosta de Scarel y el ingreso violento de la policía que además de desalojar, quemó la vivienda, quemó ropa y destruyó objetos familiares.

En el mismo momento del desalojo y con los fuegos aún encendidos por la policía, compañeros y familiares de los Berdún fueron llegando al campo para frenar el atropello. Apenas enterados de la noticia, jóvenes, mujeres y hombres que estaban trabajando dejaron lo que estaban haciendo y corrieron a la casa de la familia Berdún “...porque nadie puede seguir trabajando tranquilo mientras a un vecino le queman la casa con toda la policía rodeando el campo...”

La decisión era firme: “nadie se va del campo...”, la familia Berdún es dueña aunque no tenga papeles y sus tierras hayan sido adjudicadas en venta a otra gente, con ellos adentro...

Aquel viernes 15 de Octubre la policía debió retirarse del lugar, aunque no repararon los daños materiales causados. La fiscal abrió una causa contra los hermanos Berdún y una decena de los principales dirigentes indígenas de la zona, por resistencia al desalojo.

La represión

El martes 9 de Noviembre en un procedimiento que recordaba a otras épocas oscuras, Sixto Berdún fue interceptado en la calle por un vehículo sin identificación y personal de civil lo detuvo, lo despojó de su moto y fue llevado hasta la ruta donde una camioneta gris, también sin identificación, lo esperaba para llevarlo a la Alcaidía de Gral. San Martín.

Al día siguiente apresaron también a su hermano Alcides que había ido a visitar a Sixto, sabiendo que no tenía nada de qué preocuparse y se conoció que otro hermano de nombre Hilario tenía orden de captura y que los dirigentes imputados estaban citados a declarar a la semana siguiente, con el peligro de quedar detenidos después de declarar.

La Unidad

Una red de gente y organizaciones, que ya han dado pasos juntos en la lucha por los derechos de indígenas y campesinos, se pusieron en contacto para trabajar coordinadamente: los abogados con las presentaciones judiciales; los dirigentes sosteniendo a la familia y a los vecinos, definiendo el momento para movilizar y sumando solidaridades; los asesores difundiendo y afirmando redes para acompañar las acciones decididas; los funcionarios y legisladores dando respaldo político e institucional al legítimo derecho de la familia Berdún sobre las tierras en conflicto.

Se hicieron comunicados de prensa, entrevistas con funcionarios del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, conferencias de prensa, movilización y acampe en General San Martín, discusión del proyecto de ley... Todo se hizo y en todo hubo un sincero esfuerzo por lograr la más justa solución, en la medida de las posibilidades, dada la urgencia.

Los resultados

Los hermanos Berdún están libres. Todos los dirigentes imputados declararon y ninguno quedó detenido. Se aprobó una ley de expropiación de 300 hectáreas que incluyen las 132 de la familia Berdún, pero que además beneficia a las familias Barreto y Sosa.

La ley sancionada afirma en su texto que esas tierras son expropiadas “para ser entregadas como reparación histórica a los pobladores originarios que las ocupan.” En sus fundamentos de aprobación los legisladores rechazaron los procedimientos que desconocen las leyes vigentes en derecho indígena y reafirmaron la necesidad de recuperar por la vía de la nulidad, -mejor que por la expropiación-, todas las tierras mal adjudicadas, como éstas.

Fue un trabajo difícil, pero rindió sus frutos. Una vez más vemos que la UNIDAD EN LA DIVERSIDAD es el camino y que por ese camino hay que seguir andando!!!.-