miércoles, 16 de mayo de 2012

REPUDIAMOS LA PRESENCIA DE UNA BASE DEL COMANDO SUR EN LA PROVINCIA DEL CHACO

Las organizaciones y personas, abajo firmantes manifestamos nuestra preocupación y rechazo ante el Acuerdo de Cooperación entre el Gobierno de la provincia del Chaco, la embajada de Estados Unidos y el Comando Sur, que por informaciones oficiales puso en marcha el primer Centro de Respuesta a Emergencias, ubicado en el Aeropuerto Internacional de Resistencia, cuya construcción y equipamiento, demandó una inversión de tres millones de dólares y fue financiado por una donación de la Embajada de Estados Unidos. Que este tipo de estrategias de “Ayuda Humanitaria” y “Asistencia ante Emergencias Climáticas y Naturales” son sólo la cara visible de acciones de injerencia directa en la vida social y política de las regiones donde se instalan “las bases” utilizadas por Comando Sur. La instalación de esta “Base” en la Ciudad de Resistencia, no es casual y se entiende por la ubicación estratégica respecto de la Triple Frontera, la cercanía de las fronteras con países limítrofes, la riqueza natural disponible en la zona (Acuífero Guaraní y Toba, reservas naturales, yacimientos de petróleo, entre otras) y la infraestructura disponible para futuras acciones de otro tenor. Que está a la vista, como en otros países (Ecuador, Honduras, Paraguay, Costa Rica y Colombia) muchas de estas bases, primero surgieron como Centros De Ayuda Humanitaria (Centro de Seguridad Cooperativa –CSL-, con poca o nula presencia permanente de los estadounidenses) y con el tiempo se trasforman en centros operativos que van desde la intervención Antidrogas hasta ejercicios militares conjuntos y mutan en bases con presencia militar estadounidense permanente. También llama la atención que la cara visible de este acuerdo sea el Comandante Edwin Passmore, en cuyo curriculum se destacan sus acciones en la invasión de Afganistán y que actuó como asesor de Inteligencia del ministro de Defensa de Kuwait durante la invasión a Irak; El cargo de agregado militar en la embajada de Estados Unidos en Venezuela, de donde fue expulsado por actividades de espionaje en el año 2008 y su activa participación durante el incidente en que el gobierno nacional impidió el ingreso de “carga sensitiva” secreta que arribó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza en un vuelo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, este acuerdo va en contra de los principios del Consejo de Defensa Suramericano (UNASUR) y la reciente posición de la Cancilleria Argentina en la última reunión de la Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA sobre el “Plan para Mejorar la Orientación y Asesoría en casos de Desastres”, impulsada por la Junta Interamericana de Defensa, inspirada en los planteos del Comando Sur de EEUU (SOUTHCOM). Como miembros de organizaciones populares, sociales, estudiantiles, sindicales y de derechos humanos, acompañamos el reclamo de la Asamblea Popular del Chaco, para que el Gobernador Jorge Capitanich, anule el acuerdo de cooperación con el Comando Sur y la Embajada de Estados Unidos, al mismo tiempo que repudiamos la presencia de la IV Flota en America Latina y de los Ingleses en nuestras Islas Malvinas. ADHESIONES A: asambleapopulardelchaco@gmail.com, ALFREDO GRANDE (psicoanalista) ELIANA WASSERMANN (abogada, actriz) NORMAN BRISKI (actor) VICENTE ZITO LEMA (poeta, escritor) CARLOS AZNÁREZ (periodista, director de Resumen Latinoamericano) MARTA SPERONI, militante internacionalista por los DDHH. NATALIA VINELLI, Barricada TV GUILLERMO CAVIASCA, Barricada TV PATRICIO LARRAMBEBERE, Movimiento Asambleas del Pueblo RUBÉN SABOULARD, Movimiento Asambleas del Pueblo EDUARDO SOARES, Convocatoria por la Liberación Nacional y Social INGRID STORGEN, comunicadora social MARTA SPERONI, militante internacionalista por los dd.hh. IGOR CALVO, militante de base del fnrp, honduras. ALEJANDRO CABRERA BRITOS, delegado general, ate senasa martínez, dilab en cta CRISTINA CASTELLO, poeta y periodista argentina, desde francia. ALINE CASTRO, red por tí américa, brasil CARLOS GUANCIARROSA, agrupación enrique mosconi, fetera en cta, CARLOS LOZA, junta interna de ate, agp (asociación general de puertos en la central de trabajadores de la argentina , CTA) EDUARDO ESPINOSA, ATE (asociación de trabajadores del estado, en cta), CARINA MALOBERTI, Consejo Directivo Nacional – ATE-CTA MARÍA ROSA GONZÁLEZ, Comunicadora Social NICOLÁS FALCOFF (músico) CONVOCATORIA POR LA LIBERACIÓN NACIONAL Y SOCIAL, FRENTE SINDICAL, LITO BORELLO, Coordinador Nacional Organización Social y Política Los Pibes y miembro de la Coordinación Latinoamericana de Movimientos Territoriales Urbanos - Capítulo Argentina LUCAS YAÑEZ Y MARTA SANAGUA, Co.Vi.L.Pi. -Cooperativa de Vivienda "Los Pibes" WALTER VALDA, Cooperativa Federal Textil "Los Pibes" NADIA MARTINEZ, Directora FM Riachuelo 100.9 JUAN CARLOS LIAMBO Y LUCIANO ÁLVAREZ, CEMOC - Casa de Encuentro "Martín Oso Cisneros" VALERIA PESCE, Prensa y Comunicación Coordinación Latinoamericana de Movimientos Territoriales Urbanos - Capítulo Argentina VALERIA GRACIA, Organización social Voluntario Global UNIÓN DE TRABAJADORES DE LA PROVINCIA DE CHUBUT TOLO ARCE, Agrupación Sindical -ATE-SENASA, AGRUPACIÓN “GERMÁN ABDALA” – ATE-Ministerio de Trabajo de la Nación, AGRUPACION AGUSTÍN TOSCO-Río Segundo-Córdoba, FETERA FLORES (FEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE LA ENERGÍA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA EN CTA) AGRUPACIÓN MARTÍN FIERRO, (Varela – Alte. Brown – Matanza – Mar del Plata, y Neuquén ) MOVIMIENTO POPULAR LA DIGNIDAD DE CAPITAL FEDERAL Y GRAN BUENOS AIRES. WALTER GAZZA, AURORA TUMANISCHWILI PENELÓN, GUILLERMO LÓPEZ. MOVIMIENTO DE TRABAJADORES DESOCUPADOS FLAMARIÓN-Rosario, DEMOCRACIA POPULAR-Rosario, COMUNIDAD CAMPESINA DE TRATAGAL-Salta, BIBLIOTECA POPULAR FERNANDO JARA-Cipoletti-Río Negro, MPR QUEBRACHO, FRENTE TERRITORIAL 26 JUNIO CTD ANÍBAL VERÓN MTR SANTUCHO RESISTENCIA POPULAR ORGANIZACIONES LIBRES DEL PUEBLO MOVIMIENTO DE DESOCUPADOS DE VILLA GOLF AGRUPACIÓN MARIA CLAUDIA FALCONE MONTONEROS MENDOZA WIRAJCOCHA GRUPO DE REFLEXIÓN RURAL BARRICADA TV MOVIMIENTO ESTUDIANTIL LIBERACIÓN AGRUPACIÓN JORGE RICARDO MASETTI – La Plata AGRUPACIÓN FRENTE NATURAL – La Plata CENTRO DE ESTUDIANTES DE CS. NATURALES Y MUSEO – UNLP AGRUPACIÓN M-31 (Sociales UBA) MURO (Misiones – Posadas) AECE - Agrupación Estudiantes de Cs. Exactas (Misiones – Posadas) CORRIENTE DE TRABAJADORES 19 DE DICIEMBRE MOVIMIENTO TERRITORIAL 28 DE AGOSTO TRELEW COORDINADORA POR LA LIBERTAD DE LOS PRESOS POLÍTICOS CÁTEDRA LIBRE DE SOBERANÍA ALIMENTARÍA DE LA UNLP

viernes, 4 de mayo de 2012

“EL IMPENETRABLE HACE 40 AÑOS”

por Jorge Adámoli 21 de marzo de 2007 “Es un bosque muy denso, una selva impenetrable, que recibe agua de una laguna desconocida”. “Se llama Impenetrable porque hay muchas especies de árboles con enormes espinas que impiden la entrada”. Estas son parte de las explicaciones y leyendas que circulan, pero no hay ni selvas densas, ni ninguna laguna misteriosa, lo que puede verificarse observando las imágenes satelitales. Tampoco los bosques presentan especies diferentes, ni más espinas que en otras partes del Chaco Seco, lo que cualquier botánico o forestal puede comprobar sin dificultades. La realidad es mucho más apasionante. Los extensos quebrachales y algarrobales son bosques de maderas muy duras, lo que hacía que la apertura de picadas por parte de los antiguos pobladores fuera muy penosa. Pero esos pioneros aprovecharon un regalo de la naturaleza, unos pastizales angostos pero larguísimos que atravesaban los bosques con recorrido muy sinuoso, pero que permitían la entrada de caballos y carretas. Esos pastizales crecen sobre un suelo arenoso que tapó los antiguos cauces del río Juramento o Salado, que cubren una enorme extensión de la frontera entre Salta, Santiago del Estero y Chaco. Otra característica esencial de estos antiguos cauces, llamados por los pobladores “caños”, también favorecía la penetración de los pobladores: esos pastizales acumulaban agua potable a 5-6 metros de profundidad, un dato clave en una región muy seca. Una extensa porción del Chaco Seco carece de estas vías de penetración, por lo que los primeros habitantes la denominaron “Impenetrable”. Es una faja que se extiende 100 km al norte de la actual Ruta Nacional 16 por los 300 kilómetros que separan a la localidad de Castelli en Chaco, de la ruta que lleva a Rivadavia en Salta, teniendo como límite norte al río Bermejito, es decir el antiguo cauce del río Bermejo. En agosto de 1967 hice mi primer viaje al Impenetrable, para hacer un relevamiento de vegetación. Yo tenía 26 años y era colaborador del gran ecólogo Dr. Jorge Morello, con quien trabajábamos en el INTA de Colonia Benítez, Chaco. El tercer compañero era Darío Benvenutti, jefe del taller del INTA quien venía como chofer, pero que en poco tiempo, por su enorme capacidad de observación, se convirtió en uno de los naturalistas más reconocidos de la provincia del Chaco. Un recuerdo especial tiene que ser dedicado al Jeep Gladiator en el que viajamos, máquina formidable, sin la cual no hubiéramos podido completar el viaje. En Colonia Castelli comenzaba una picada abierta hacia 1960 para dar apoyo a los estudios para la construcción de un canal de riego lateral al cauce del río. Los estudios habían concluido varios años antes y la picada estaba abandonada. Esto implicó severas demoras en el viaje, en parte por las numerosas pinchaduras de gomas provocadas por las espinas de las leñosas que crecían sobre la picada, y en parte por algo no previsto: sobre el camino se había formado un denso pastizal y el radiador del jeep trabajaba como una cosechadora, juntando colchones de semillas que hacían hervir al agua. Cambiar el agua del radiador consumió la mayor parte de nuestra reserva de 200 litros de agua, por lo que tuvimos que racionarla al máximo. Platos y cacerolas se lavaban sólo con arena, cuyo poder abrasivo es excelente: nunca tuvimos tan limpia la vajilla!! Estos primeros percances y los que luego vendrían, hicieron que para atravesar los 300 km del Impenetrable tardáramos 8 días, en un recorrido que hoy se hace por la ruta Juana Azurduy en pocas horas. 200 kilómetros al oeste de Castelli dejamos la picada para ir al Norte, hasta el río Bermejito, para conocer la Misión Nueva Pompeya, fundada por franciscanos italianos que llegaron desde Salta, luego de un decreto del presidente Roca de Nov/1900. En su momento de mayor esplendor, hacia 1935, la Misión contaba con 500 aborígenes de la etnia wichi, y habían desarrollado una importante actividad agrícola, talleres, etc., pero tras un largo período seco que culminó con la sequía de 1941 decayó rápidamente y fue abandonada en 1949. Luego de eso los aborígenes sufrieron grandes epidemias y una tremenda, increíble mortalidad por enfermedades, hambre y sed. Cuando nosotros llegamos 18 años más tarde, el panorama era desolador. La mejor (o peor) síntesis era la gran capilla con el techo roto en varios pedazos, tejas en el suelo, algunas de las cuales en su caída alcanzaron al Cristo que seguía en la cruz, pero con medio rostro arrancado y los brazos caídos, en una cruel imagen de derrota. Vueltos a la picada, el camino atravesaba quebrachales, tierras altas donde podíamos andar sin dificultades, pero 100 km antes de la frontera con Salta, apareció una larga secuencia de cañadas que atravesaban el camino: eran depresiones alargadas en las que se acumulaban 30-40 cm de agua. Lo bueno fue que no volvimos a preocuparnos por la falta de agua, porque podíamos juntarla de las cañadas: para eso removíamos a las plantas flotantes con una sartén que luego sumergíamos, con la ventaja de que al ser finita no removíamos el barro del fondo. La cuestión complicada era que teníamos que pasar las cañadas, que si bien no eran más anchas que una calle normal, presentaban el riesgo de que el jeep se quedara empantanado. Para atravesarlas Benvenutti arrancaba el jeep a toda velocidad y con el primer envión llegábamos casi hasta la mitad, levantando murallas de agua, y luego venía la lucha brava contra el barro a puro volantazo, con la camioneta moviéndose como loca, hasta que con el último suspiro subíamos a tierra firme. Para el viaje habíamos llevado abundantes provisiones: papas, cebollas, fideos, arroz, latas de verduras, aceite, yerba, salamines, queso. Las proteínas frescas estaban aseguradas ya que Benvenutti era un eximio cazador nocturno, que sólo cazaba lo justo para comer. Tratábamos de no repetir el plato y lo conseguíamos, alternando palomas con conejo de palo, charatas, ese manjar que son los chanchos de monte, tatú, etc. Lo único que nunca se cazaba eran las corzuelas, los pequeños ciervos chaqueños. Aprendí a reconocer a los bichos de noche, por el reflejo de la linterna en sus ojos. Me impresionó el profundo color celeste de los ojos de las corzuelas. Una noche casi me infarto al ver muy cerca dos ojos enormes, rojos, a un metro de altura. Creí que era un yaguareté, pero por suerte sólo era una vaca. Muy cerca de allí nos habíamos quedado empantanados en un barreal y estábamos haciendo lo clásico, subir la camioneta con el gato, calzarla con palos, cavar, etc. cuando como de la nada aparecieron unos personajes increíbles. Por suerte conservo las fotos que les sacamos, pero creo que igual podría recordarlos. Eran cazadores de tigres (yaguareté) y como tales, viajaban a caballo y con varias armas. Ver a cazadores o a gente armada en el Chaco es común, porque en la región todos son cazadores, pero estos eran especiales: eran una mezcla de gauchos de las guerras de la independencia y cangaceiros del nordeste brasileño, llenos de remiendos, uno gordo y petiso, otro alto, flaco y con anteojos de vidrios gruesos y el tercero un típico criollo fortachón. Se ofrecieron para tirarnos con los caballos y así, enseguida salimos. En los pocos puestos que cruzamos -lugares con 2-3 ranchitos de barro-, encontramos cráneos de animales cazados por los pobladores: chanchos, venaditos, pumas, gatos, monos, etc. En un puesto me llamó la atención la cantidad de cráneos de pumas. El puestero me dijo que eran una plaga, y que como el cuero valía poco, lo tenía que cazar sin tiros, para no agujerearlo. Para eso, lo rodeaba con perros, hasta que el puma saltaba a la rama de un árbol y allí el puestero lo agarraba de la cola, teniendo cuidado de que el tronco del árbol contuviera a la embestida del puma; es decir, que el puma quedaba con la cola agarrada de un lado y el cuerpo del otro. Allí, el puestero le daba un garrotazo en la cabeza. Yo puse cara de duda y el hombre me mostró que todos los cráneos tenían partido el parietal, o el arco superciliar. Con el tiempo me di cuenta de que no tenía motivos para desconfiar, porque para esos hombres esas cosas son naturales, y no ganarían nada inventando historias. Todas las noches hacíamos el campamento en la propia picada. Al principio, nos parecía raro acampar sobre un camino, pero en realidad no lo era, porque ningún vehículo lo transitaba. Una de las cosas que hacíamos era mirar el cielo límpido, con muchísimas más estrellas que las que se ven en las ciudades. Era frecuente ver estrellas fugaces y, con un poco más de paciencia, podíamos ver a los satélites, una sensación que seguía siendo novedosa, ya que hacía sólo 10 años que se había lanzado el primero, el legendario Sputnik. Otra cosa común de los campamentos en el bosque, es la cantidad de ruidos que se escuchan. Uno creería que lo que predomina es el silencio, pero no, se escuchan toda clase de ruidos, como si estuvieran amplificados. Una noche escuchamos varios ladridos agudos: eran los zorros. Al rato, unos aullidos desgarradores, que a mí me parecieron humanos, tanto es así que enseguida pensé en un asesinato cruel, pero era el Aguará Guazú, un hermoso lobo rojo de patas altas y cabeza y crin enormes. De repente escuchamos varias veces el bramido de un tigre. Nunca en mi vida sentí nada igual, era una mezcla de miedo, con una emoción intensa. A pesar del ruido de la ciudad, si uno visita un zoológico y brama un león, se lo escucha desde cualquier parte, pero cuando uno está en medio de la soledad del bosque, se siente la impresión de que los quebrachos se van a partir y no es para menos. Bajamos todas las cosas de la camioneta, nos metimos adentro, y pasamos la noche por supuesto que sin dormir, esperando ver aparecer al o a los tigres. Cualquier sonido, una rama que se caía, nos parecía que era el tigre que llegaba, pero nada, ni siquiera encontramos huellas la mañana siguiente. Al otro día paramos en un rancho y vi en el techo una enorme cabeza de tigre recién carneada, con colmillos de 5 centímetros y todavía con los ojos en las órbitas. La piel estaba estaqueada y con sal, pero no pude ver el clásico pelaje pajizo con manchas negras, porque estaba hacia abajo. El tamaño era inmenso, como una vaquillona. Por supuesto que fue el principal tema de conversación, pero por la descripción del lugar donde el puestero nos contó que lo había cazado, era lejos de donde habíamos pasado la noche. Parecía difícil que fuera el mismo que habíamos escuchado, pero fue algo significativo. Cuando vi que la cabeza no tenía mayor interés para el puestero, me animé a preguntarle si podía llevarla, y me dijo que sí, pero con una condición: a la tarde había un partido de fútbol de blancos contra indios, y si ganábamos la llevaba. Ese ganábamos, implicaba que yo jugaba para los blancos, verdadera rareza para alguien a quien muchos de sus amigos llaman Negro. Para el partido yo no tenía equipo deportivo, ni siquiera zapatillas, porque iba siempre con unas enormes botas de caña alta, por temor a las víboras. Debo haber jugado uno de los mejores partidos de mi vida: ganamos y pude llevarme la cabeza. Al regresar a Buenos Aires, la llevé al Instituto Malbrán donde trabajaba un amigo, quien la puso en un recipiente con unos escarabajos especiales para limpiar huesos, inclusive cartílagos, sin provocarles ningún daño y dejándoles un pulido especial. Al octavo día vimos con emoción el terraplén de la ruta que va de Las Lajitas a Rivadavia, en el Chaco Salteño. Habíamos completado la travesía del Impenetrable y lo celebramos bailando en la ruta y tirando tiros al aire. Sé que eso está muy mal, pero es lo que se nos ocurrió entonces. A poco andar nos encontramos con unos ranchitos donde pudimos tomar ese maravilloso líquido llamado cerveza, que además estaba fría. Volví muchas veces y hoy, 40 años después, la preocupación ya no es “en cuántos días podremos atravesar al Impenetrable”. No sólo ha sido penetrado por numerosos caminos, sino que las topadoras y las motosierras penetran mucho más rápido que nuestra posibilidad de influir en los gobernantes, para evitar que sea destruido este maravilloso, irrepetible pedazo de nuestro país.

EL DEBATE POR LA TIERRA: LA BATALLA EN EL CAMPO DE LAS IDEAS Y LA POLÍTICA

La tierra, su propiedad, distribución y manejo; fueron y son temas de debate; fueron y son temas de conflicto. Desde los inicios de nuestra historia la tierra estuvo en disputa; resuelto en algunos casos pací-ficamente y en otros con grandes derramamientos de sangre. En 1878 Roca da inicio a la Conquista del Desierto, desierto que no era tal porque estaba poblado por sus originales habitantes y dueños comunitarios; esa campaña militar fue llevada a cabo por el gobierno argentino contra las naciones mapuche y ranquel, para obtener el dominio territorial de la Pampa y la Patagonia oriental. Conquistar tierras era el objetivo y se pagó con ellas a quienes financiaron estas campañas. No debemos olvidar que en 1870, hombres, mujeres y niños del norte argentino empezaron a morir a manos de otros argentinos por el pecado de ser lo que eran: indígenas, y por el pecado de tener lo que tenían: tierras. Fue una guerra de escandalosa crueldad, lanzada por Sarmiento en 1870, y que Yrigoyen declaró mili-tarmente terminada en 1917. La resistencia armada indígena duró casi medio siglo, fue una de las gue-rras más largas que recuerde la historia americana: la guerra contra el indio chaqueño . Todo esto originó una injusta distribución de la tierra, que persiste en nuestro país. En el Chaco, el 84% de los productores poseen menos de 500 hectáreas, controlando sólo el 29% de la tierra, en tanto que el 16% de productores controla el 71% de la tierra. 508 familias con menos de 5 hectáreas ocupan el 0,03% de la tierra, en tanto 152 propietarios- empre-sas tienen más de 5 mil hectáreas, controlando el 21% de la tierra productiva. Fue la Constitución de 1949, olvidada en la historia, la que marcaba que la tierra, como propiedad pri-vada, tiene una función social y en consecuencia está sometida a las obligaciones de la ley con fines de bien común. Incumbe al Estado fiscalizar la distribución y la utilización del campo o intervenir con el ob-jeto de desarrollar e incrementar su rendimiento en interés de la comunidad, y procurar a cada agricul-tor la posibilidad de convertirse en propietario de la tierra que cultiva (Art. 38 - Constitución Nacional de 1949), institucionalizando derechos de los productores familiares como trabajadores de la tierra y anti-cipándose a la Enseñanza Social de la Iglesia que algunos años después manifestará que si la tierra está hecha para procurar a cada uno los medios de subsistencia y los instrumentos de su progreso, todo hombre tiene el derecho de encontrar en ella lo que necesita. Todos los demás derechos, comprendidos en ellos los de propiedad y comercio libre, a ello están subordinados: no deben estorbar, antes al con-trario, facilitar su realización, y es un deber social grave y urgente hacerlo volver a su finalidad primaria. Desde los años ´60, cuando en América Latina, la mayoría de los países encararon diferentes tipos de reformas agrarias –en gran medida impulsadas por la Alianza para el Progreso-, a nuestros tiempos, la concepción sobre la tierra se fue modificando: de la función social de la tierra que la priorizó para quien la trabaja y con ello los modos de vivir y trabajar expresada en la cultura de los campesinos, de-vino un gran silencio en lo que fue el proceso neoliberal. “La tierra se volvió un producto mercantil” , el neoliberalismo quitó toda implicancia cultural, social y productiva sobre la tierra, midiendo su importancia sólo por los rendimientos productivos y económicos. Hoy la Ley de “Protección al Dominio Nacional sobre la tenencia, dominio y propiedad de las tierras ru-rales” contribuye a poner en debate también esta cuestión, que avasalla el derecho de productores/as y configura la ocupación del territorio a la medida de las ganancias de quienes la explotan. El debate por la Tierra vuelve a tomar fuerza y se va complejizando con una variedad de voces donde se expresan, concepciones, sentires, políticas, ideas y opiniones. Todavía hay muchas voces que no se es-cuchan y que, por alguna razón, no participan del debate: a) los que necesitan tierra: un grupo minúsculo es el que se expresa y levanta la voz pero son mi-les los que tienen algo que decir, b) los que tienen demasiada tierra: ¿qué piensan, qué sienten, qué los mueve, cómo conciben la tierra? c) los habitantes urbanos que – en general- no perciben el rol de la producción rural en la cons-trucción del País. El debate se está dando sobre el campo de batalla mismo, con el riesgo que esto conlleva de hacer pri-mar la fuerza por sobre la razón. Varios casos de juicios por desalojos se registran en la provincia; se amenaza a servidores públicos con “guardia armada” de empresa Bajo Hondo S.A. que compró ilegal-mente tierras a una Asociación Aborigen; se toman tierras; se presiona productores para que entreguen sus tierras a funcionario del poder y sus familiares. Sobre el campo de batalla de las ideas podemos mencionar la aprobación de la citada Ley de “Protec-ción al Dominio Nacional sobre la tenencia, dominio y propiedad de las tierras rurales”; el Proyecto de Ley de Freno a los Desalojos en el Congreso Nacional; el Proyecto de Ley de modificación de la Ley 2913, de Tierras de la Provincia del Chaco. La defensa de la tierra, por parte de los sectores populares es una reivindicación histórica que se va expresando de diferentes formas: Defensa manifestada en la resistencia a desalojos de sus tierras, donde nacieron y vivieron toda su vi-da, y que se encontraron un buen día con que alguien dice ser el dueño porque tiene un título de pro-piedad; Defensa expresada en la necesidad de distribuir lo que queda de tierras fiscales o las recuperadas por su ilegal adquisición; Defensa del fin y uso expresada en la ocupación de tierras improductivas de quienes la adquieren para inversión y/o especulación como bien de capital o producción de comoditis (materia prima para expor-tación) que se convierte en expulsor de pequeños productores; Defensa a través de la movilización y participación en elaboración de legislaciones o políticas públicas. Defensa expresada en la necesidad de hacerse de más tierras mediante nuevos mecanismos (bancos de tierras, por ejemplo) que faciliten el acceso a quienes quieran trabajar en ella. Mecanismos no violentos y de gran ejercicio democrático. Pero suele pasar que mientras se pone en brete a los sectores populares, con las peleas de pobre contra pobres, paralelamente se favorece a los que no suelen decir nada, no por lo poco sino por lo mucho que tienen. El debate sobre casos de tomas de tierras está poniendo el eje – casi exclusivamente- sobre la propie-dad privada, un concepto con una importante carga ideológica donde prima la idea de que es dueño quien cuenta con papeles y es dueño de lo que puede o quiere comprar, despojando de la responsabili-dad o función social de los bienes, que - por más privados que sean-, deben contemplar que la sociedad para desarrollarse sustentablemente, necesita producción e integración de su población en procesos económicos, socio-culturales, ecológicos y políticos. Es necesario retomar el debate y buscar nuevas formas jurídicas tanto para el acceso, resguardo y pre-visión de tierras para quienes quieran trabajar y vivir en el sector agrario, tal como se plantea en la Pro-puesta de modificación de la ley 2913 tratada en 38 asambleas con productores/as y otros espacios de debates. Este proyecto intenta abordar la cuestión de la tierra (privada o pública),en forma más general no ha tenido lugar para su tratamiento, y sería una herramienta que podría en algunos años ir mejoran-do la distribución de las tierras. Es necesario un Estado jerarquizado, presente y activo en este tema tan delicado y complejo. Las organizaciones del campo popular que firmamos este documento estamos dispuestas a dar el deba-te que ayude a sumar la diversidad de voces que necesariamente deben expresarse, con el mayor de los respetos y apuntando al bien común. CANPO – Corriente Agraria Nacional y Popular (Chaco) Central de Trabajadores Argentinos (CTA Chaco) Corriente Nacional Martin Güemes (Chaco) Federación de Organizaciones de Pequeños Productores del Chaco Foro de Agricultura Familiar (Chaco) Frente Nacional Campesino Partido Frente para el Cambio Partido Municipal Nuevo Rumbo Placeño Unión de Campesinos Criollos de El Impenetrable Branco Capitanich – Gerente Gral. Instituto de colonización Chaco Diputada Nacional María Inés Pilatti Vergara

miércoles, 2 de mayo de 2012